Rasgos distintivos
Aunque en este artículo hable de psicópatas en términos generales, este tipo de personas evidentemente pueden ser hombres o mujeres. Cuando hablamos de psicópatas, nos viene a la mente la imagen del típico asesino en serie de las películas, pero nada más lejos de la realidad. La auténtica psicopatía la tenemos más cerca de lo que creemos. El psicópata busca adaptarse al medio para obtener ventaja en cada situación, a priori esto no es malo. Pero las consecuencias para los demás vienen a continuación, porque estas personas son insensibles al dolor y a las necesidades ajenas, suelen ser encantadores o mentirosos según les convenga, egocéntricos y sin remordimientos. El psicópata es consciente de sus actos y cuando actúa lo hace libre y racionalmente, así que no pueden utilizarlo como eximente en casos de delincuencia o ilegalidad. Su único móvil es el interés propio, actuar como dominador, indiferente a cualquier moral que no sea la suya propia. Pero es una forma de comportarse que no siempre adopta formas criminales. El psicópata, simulador y carente de ética, también está presente en nuestras vidas, en la empresa, en la familia o en la política. Actualmente la ciencia intenta determinar lo que hay de biológico en la psicopatía. Se calcula que en España puede afectar a cerca de un millón de personas.
Su capacidad destructiva radica en que se camufla bajo un envoltorio de encanto y honestidad pero en realidad existe una ausencia real de sentimientos de responsabilidad, bondad y compasión. Es la persona más preparada para aprovecharse de los demás. Su gran motivación es lograr el control, el dominio de su ambiente. Si nosotros estamos en su radio de influencia, nos convertimos en objetivos de su manipulación y crueldad. La convivencia con un sujeto que tenga este trastorno resultará perjudicial en todos los sentidos.
Resumiendo: muchos comportamientos que actualmente son calificados de incomprensibles son obra de psicópatas. Los psicópatas criminales son muy peligrosos. Otras muchas personas son psicópatas y no se dedican al crimen. Los psicópatas que no son delincuentes habituales se adaptan a muchas circunstancias, se camuflan, manipulan, desacreditan nuestras instituciones públicas y socavan nuestra confianza en la gente. Por último, se habla de que hay una predisposición hacia la psicopatía. Incluso se podría hablar de sociedades psicopáticas, en las que prima el éxito personal por encima de todo y todos, lo material y la superficialidad.
El psicópata se convierte en el perfecto depredador de su propia especie, ya que es cruel, insensible emocionalmente y no se preocupa por el bienestar de los demás. Actualmente se sabe que los psicópatas no tienen una pérdida de contacto con la realidad, ni experimentan los síntomas característicos de la psicosis, como alucinaciones, ilusiones o desorientación. A diferencia de los psicóticos, los psicópatas son plenamente racionales y conscientes de lo que hacen y por qué lo hacen. Su conducta es el resultado de su elección, libremente realizada.
Sus rasgos distintivos son: locuacidad y encanto superficial, egocentrismo y grandioso sentido de la propia valía, falta de remordimientos o de sentimientos de culpa, falta de empatía, mentirosos y manipuladores, sus emociones son superficiales, son impulsivos, necesitan excitación continuada, falta de responsabilidad, problemas precoces de conducta (en la infancia o adolescencia) y conducta antisocial adulta.
Así que si reconoce a alguien cercano a usted con estas características, lo mejor es que se aleje o proteja de él/ella inmediatamente si no quiere sufrir de forma crónica, ya que estas personas difícilmente van a cambiar si no se hacen conscientes del problema que tienen, cosa que es difícil porque suelen conseguir sus objetivos y no se plantean que tengan alguna anomalía en su forma de ser o de comportarse.